Loberia y Casas con las que se alcanzó el entronque con el paso de los Miradores, sito en la parroquia pontevedresa de San martiño de Salcedo, al casar Emilio Boullosa y Fdz Mariño de Lobera, heredero del mismo, cuyos hijos ya figuran con el histórico y doble apellido de segundo lugar.
El Pazo de la Pedreira es un caserón, de planta rectangular, presenta en su fachada anterior, como elementos significativos, dos pequeños balcones de piedra, que parecen suspendidos en el primer piso, en medio de las cuales se abre la artística hornacina que cobija una imagen de la Virgen de la Anunciación advocación a la que esta dedicada la capilla inmediata, bajo la que se abre la puerta principal, de arco aparentemente apainelado. No pasan desapercibidos los elementos prismáticos tronco piramidales, coronados por esferas, que se alzan sobre los vértices del alero.
A la derecha de la fachada, adosado a ella aunque retranqueado de forma ostensible, un segundo cuerpo parece emular las tradicionales torres pacegas y, para ello, muestra un llamativo almenaje como remate, al que es equiparable la chimenea que se alza hacia el ángulo anterior derecho.
Un patio-jardín se interpone entre esta fachada y el muro almenado, ciertamente monumental, en cuya parte central se abre el portalón, sobre cuyo arco de medio punto un reloj de sol, en medio de sendas almenas, es testigo mudo y silencioso de hidalgos aconteceres.
A Pedreira supo rodearse de la austera y bienhechora arboleda que también salpica los amplios y despejados campos, de verdes matices que se suceden en torno al pazo.
Escudos. Hemos visto un total de cuatro: uno sobre el arco del portalón y otros dos en lo alto de la fachada principal, a ambos lados de la hornacina, el cuarto entre dos almenas del cuerpo anexo que, a modo de torre, hemos citado renglones atrás. En ellos se condensa la historia genealógica de los Marino de Lobeira de A Pedreira, con sus antiguos injertos, entre los que hemos de invocar Rodriguez, Romero, Pereira de Castro, Figueroa…, alguno de tal antigüedad que, como sucede con los Aldao, vieron perpetradas sus armas en una de sus más remotas y casi ignoradas representaciones.
Propietaria actual: Concepción Boullosa Gastañaduy
Un hidalgo escudero de la segunda mitad del siglo XV, llamado Juan de Oubiña Mariño, parece ser el inicio de la familia que, afincada en la parroquia de Sisán, fue poseedora de forma ininterrumpida del paso de A pedreira y llegó a gozar de los curatos de santo Estevo de Tremoedo, en Vilanova de Arousa, y San Xulián de Romai, en Portas.
Hijo del anterior fue García Rodríguez Picón y Mariño, escudero también y dueño de la cada de Outeiro, con quien se acrecentó la hacienda familiar al incorporar a ésta los bienes con los que habían dotado a su esposa, Constanza Mariño de Lobeira, pertenecientes todos ellos al célebre y legendario linaje que ejercía su poderío desde la casa solar de Lobeira, llegando a contar hasta cinco villas amuralladas y nueve castillos. Es la línea que perpetuarían los señores jurisdiccionales de A Serra de Outes, causantes de los marquesados de La Sierra y Castelar, del vizcondado de Albeos y del condado de Belveder, con amplias ramificaciones y vasto patrimonio, en el que se incluyen algunas casas y palacios.
El Apellido compuesto
Mariño de Lobeira perseveró en la titularidad del pazo de A Pedreira y prevaleció sobre los que iban aportando las sucesivas consortes (recordemos, entre otros, los Pereira, Sequeiros, Quiroga, Cadaval, Saco, Somoza, Bazán de Torres, Figueroa, de la Torre, Gil, Romay, Torrado, Navia,..) y así generación tras generación se fue retransmitiendo por línea masculina hasta la segunda mitad del pasado siglo, cuando el último legatario, Joaquín Mariño de Lobeira y Romay, tuvo por sucesora a su hija Luisa Mariño de Lobeira,
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